Voluntariado como estrategia de Desarrollo Integral Universitario: Programa de promotores, Facultad de Química, UNAM


Lic. Francisco Adolfo Infante Cruz





Voluntariado como estrategia de Desarrollo Integral Universitario: Programa de promotores, Facultad de Química, UNAM
Lic. Francisco Adolfo Infante Cruz





Autor: Lic. Francisco Adolfo Infante Cruz

Sección: Experiencia


Resumen

El voluntariado, desde una perspectiva integral en la formación universitaria, pretende visibilizar un aprendizaje vivencial, significativo encaminado al fortalecimiento de habilidades de competencia, competitividad y desarrollo intrapersonal. De manera autotélica, genera beneficios bidireccionales tanto para el ejecutor como para el receptor.

El presente trabajo pretende mostrar un panorama general de los beneficios del voluntariado en la comunidad universitaria, complementando la formación académica con el desarrollo de soft skills a través de las hard skills, las cuales buscan crear un impacto positivo que permita una mayor oportunidad de empleabilidad y desarrollo personal en el estudiante.

Es importante destacar que el voluntariado no solo enriquece su desarrollo personal, sino que también lo prepara para el mundo laboral de una manera que hoy en día es muy valorada por las organizaciones. Al participar en actividades de voluntariado, las y los estudiantes no solo adquieren soft skills como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y el liderazgo, sino que también desarrollan competencias técnicas hard skills que pueden aplicar directamente en su campo profesional.

En la actualidad, las empresas modernas buscan individuos que no solo tengan conocimientos teóricos, sino que también sean capaces de aplicarlos en situaciones reales y dinámicas. Así, el voluntariado se convierte en una herramienta clave para mejorar la empleabilidad, al ofrecer al estudiante una ventaja competitiva en el mercado laboral y abrirles las puertas hacia un futuro profesional más prometedor.

Este artículo se centrará en la experiencia y reflexión con base en la observación contextual que incorpora experiencias personales y directas dentro del programa «Promotores Facultad de Química UNAM», en el que se describen el impacto, los beneficios y el desarrollo que ha impulsado a las y los estudiantes.



Discusión

Desde hace doce años, la Facultad de Química ha impulsado el voluntariado con un enfoque académico transversal a la orientación vocacional, así como actividades de desarrollo integral y comunitario propios de la Facultad, para atender las necesidades de la comunidad y la sociedad; ha apoyado en catástrofes naturales, trabajando en conjunto con otras asociaciones y con Protección Civil de la UNAM, en donde se resalta la importancia del trabajo en equipo, la comunicación asertiva, la inteligencia emocional y la entrega a la causa social.

El programa comenzó con estudiantes denominados monitores, quienes inicialmente solo apoyaban en eventos de la Facultad. Posteriormente, se transformó en el programa de Promotores Académicos, a través de la vinculación de actividades estudiantiles con la formación integral, así como la implementación de capacitaciones que promueven la participación de la comunidad, las cuales fortalecen sus conocimientos y habilidades.

Desde 2018 se logró una colaboración directa con la Dirección General de Orientación y Atención Educativa (DGOAE) para acreditar el programa «Promotores Académicos FQ» y otorgar constancias de horas totales cada año. Este respaldo permitió un crecimiento en la participación y difusión del voluntariado entre las y los estudiantes.

Con el respaldo de la DGOAE, las constancias que recibe el estudiante le brindan una ventaja en el ámbito personal y laboral, ya que hoy en día las empresas buscan profesionistas con un perfil integral. Contar con este tipo de reconocimientos puede marcar la diferencia al momento de conseguir empleo, porque esta práctica se alinea con las nuevas tendencias organizacionales: «El voluntariado supone un reto que genera un fuerte impulso a los procesos de desarrollo personal y profesional. Aquellas competencias y habilidades alcanzadas a base de desenvolverse en entornos fuera del área de confort de una persona son más fácilmente asimilables y parecen ser más transferibles al entorno laboral». (Voluntare, 2013, p. 14)

El impulso cotidiano de la Facultad de Química por fomentar la práctica de voluntariado como una actividad complementaria a la educación tradicional da una ventaja al estudiante para poder desarrollarse en entornos colaborativos, incitándolo a la creatividad y la adquisición de experiencias sociales e interpersonales.

Cuando hablamos de voluntariado, a menudo lo vemos como una forma de ayudar a otros sin esperar nada a cambio, pero en realidad participar en actividades de voluntariado también puede satisfacer intereses personales y emocionales. Esta práctica puede ser una experiencia autotélica, donde el acto de ayudar por sí mismo genera una sensación de autorrealización. Al ayudar a otros, se experimentan emociones positivas que contribuyen a nuestro crecimiento personal.

Maslow (1943), en su teoría de la motivación destaca la importancia de realizar nuestro potencial y buscar el desarrollo personal, «el voluntariado se alinea estrechamente con esta necesidad al permitir que las personas utilicen sus habilidades y talentos para causas significativas». Participar en actividades de voluntariado no solo es una forma de ayudar, sino que también puede ser muy gratificante a nivel personal. Contribuir, de manera significativa, te da una sensación de satisfacción, que es clave para el desarrollo personal.

Desde el contexto jerárquico de necesidades de Maslow, el voluntariado no solo satisface las necesidades de amor y pertenencia al fomentar conexiones sociales y un sentido de comunidad, sino que también contribuye significativamente a las necesidades de estima y autorrealización: la autorrealización se refiere al deseo de una persona de alcanzar su máximo potencial y de realizar lo que es capaz de lograr Maslow (1943).

La participación directa o indirecta en actividades de voluntariado proporciona la oportunidad de adquirir o aplicar habilidades y conocimientos de manera que no solo benefician a otros, sino que también les permite un crecimiento, desarrollo personal, cultural y social.

El programa de «Promotores de la Facultad de Química» de la UNAM destaca por su enfoque hacia el voluntariado social como estrategia de desarrollo integral universitario. Este programa no solo fomenta el compromiso académico y personal, sino que también maximiza las habilidades sociales y profesionales.

La participación en diversas actividades permite a las y los estudiantes aprender a trabajar en equipo, desarrollar habilidades de liderazgo y entender mejor la importancia de la responsabilidad social, que son beneficios clave para formar personas completas y comprometidas con su entorno. Con la integración del voluntariado en la vida académica se fomenta un ambiente de colaboración y apoyo mutuo. Esto no solo mejora la cohesión y el sentido de comunidad dentro de la Facultad, sino que también enriquece la experiencia educativa al conectar el aprendizaje teórico con la práctica real.

El programa cuenta con diversas vertientes en respuesta a las necesidades de la Facultad y del entorno mismo. La orientación vocacional es una de las prácticas más sobresalientes del programa, en la que estudiantes se capacitan para brindar información acerca de las carreras que imparte la Facultad, con lo que motivan a alumnas y alumnos del nivel medio superior a considerar como opción el estudio de alguna de las cinco carreras de la Facultad de Química.

Una parte clave del programa es la inducción de nuevas generaciones («Semana de Bienvenida»), donde el estudiantado ayuda a sus compañeros a integrarse de manera amigable y confiable en la Facultad.

Además, los monitores juegan un papel importante en las visitas guiadas, al mostrar las instalaciones y facilitar los recorridos. Estas actividades no solo fomentan un buen ambiente en la Facultad, sino que también desarrollan habilidades valiosas como la comunicación y el liderazgo, muy buscadas por las organizaciones.

Al participar en estas actividades, el voluntario(a) adquiere una experiencia práctica que lo prepara para el mundo laboral y mejora su empleabilidad. Otras de las actividades con las que cuenta el programa son la difusión y el apoyo en eventos deportivos y culturales, con la finalidad de promover la sana convivencia y ofrecer espacios de ocio y esparcimiento.

El programa busca alinearse para lograr una sinergia con la misión de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa, DGOAE: «El voluntariado universitario en la UNAM fomenta valores como el compromiso, la solidaridad, la honestidad y la corresponsabilidad, creando espacios seguros para el intercambio de conocimientos y experiencias en un contexto de aprendizaje mutuo y horizontalidad». (DGOAE, s.f.)

Un avance importante en el programa ha sido la colaboración directa con las y los beneficiarios de la beca «Bob Johnson», que se otorga a 100 estudiantes cada semestre, con quienes se trabaja de manera bilateral, ya que cada uno debe completar 10 horas de actividades voluntarias al semestre. El objetivo es incentivar su participación en actividades culturales, deportivas, académicas y sociales a través del voluntariado. Al combinar la beca con estas horas de voluntariado, buscamos no solo promover el compromiso social, sino también enriquecer su experiencia universitaria y ayudarles a desarrollar habilidades clave que serán valiosas para su futuro profesional.

Actualmente, el programa tiene 137 promotores activos que se suman a las actividades basándose en sus intereses, disponibilidad y preferencias personales.

Uno de los principales objetivos es identificar las necesidades del programa, realizar evaluaciones semestrales que permitan establecer un panorama más claro y orientado, y contar con capacitaciones programadas para cada actividad, enfocadas en que el estudiante saque el máximo provecho de su experiencia en el programa y la actividad a realizar.

El voluntariado universitario no solo prepara a las y los estudiantes para enfrentar desafíos profesionales, sino que también los capacita para ser agentes de cambio en su entorno. A través de su participación en el programa «Promotores Facultad de Química UNAM», el estudiante adquiere una comprensión más profunda de las problemáticas sociales y ambientales que enfrenta la comunidad.

Esta conciencia social es un valor añadido en el mercado laboral, donde las empresas cada vez más buscan contratar a profesionales que estén comprometidos con la responsabilidad social corporativa y el desarrollo sostenible. De este modo, el voluntariado no solo fortalece las competencias individuales, sino que también enriquece el perfil ético y profesional del estudiante, preparándolo para liderar con impacto positivo en cualquier organización.

Es fundamental reconocer que el voluntariado impulsa el desarrollo de una red de contactos y vinculación que pueden abrir puertas a futuras oportunidades laborales. Al interactuar con otros estudiantes, profesionales y organizaciones durante las actividades de voluntariado, el estudiante establece relaciones que pueden ser fundamentales para su carrera profesional. Estas redes, construidas sobre la base de la colaboración y el compromiso social, proporcionan un acceso a recursos, conocimientos y oportunidades que pueden no estar disponibles en el ámbito académico tradicional. Este aspecto del voluntariado amplía la perspectiva profesional de los estudiantes, preparándolos para un entorno laboral cada vez más global e interconectado.

Finalmente, el voluntariado se convierte en un elemento diferenciador en el currículum, demostrando su capacidad para balancear responsabilidades académicas con su compromiso con la comunidad. En un mundo donde la competencia laboral es intensa, haber participado en un programa de voluntariado acreditado como el de «Promotores Facultad de Química UNAM», puede ser la clave para destacar entre otros candidatos. Este tipo de experiencia no solo evidencia habilidades técnicas y sociales, sino que también refleja una ética de trabajo sólida y un compromiso con el desarrollo personal y comunitario. En consecuencia, el voluntariado se posiciona como una inversión en el futuro profesional de la comunidad universitaria, dotando al alumnado de las herramientas necesarias para sobresalir en su campo y contribuir significativamente a la sociedad.

Conclusión

El voluntariado universitario representa una pieza clave para el desarrollo integral de la comunidad de la UNAM. Al consolidarse como un eje fundamental en los diferentes planteles, abre espacios para que estudiantes de nivel superior y medio superior adquieran tanto habilidades técnicas como sociales, que no solo complementan su formación académica, sino que también los prepara para enfrentar los retos del mundo laboral con una ventaja competitiva. La unificación de estos esfuerzos −bajo la dirección de la DGOAE− no solo fortalecerá la colaboración entre planteles, sino que también potenciará el impacto social del voluntariado, creando una red de apoyo que beneficiará tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad en general.


  • Csikszentmihalyi, M. (1990). Flow: The psychology of optimal experience. New York: Harper & Row.

  • Dirección General de Orientación y Atención Educativa. (s.f.). Voluntariado universitario. Recuperado de https://www.dgoae.unam.mx/Voluntariado/index.html

  • Maslow, A. H. (1943). A theory of human motivation. Psychological Review, 50(4), 370-396.

  • OIT. (2014). Competencias para el empleo: una perspectiva global. Organización Internacional del Trabajo.


Lic. Francisco Adolfo Infante Cruz




Lic. Francisco Adolfo Infante Cruz

Técnico Académico de la Facultad de Química.

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