Violencia digital de pareja a un click de distancia


Dra. Claudia Ivethe Jaen Cortés, Dra. Sofía Rivera Aragón





Violencia digital de pareja a un click de distancia
Dra. Claudia Ivethe Jaen Cortés, Dra. Sofía Rivera Aragón





Autoras: Dra. Claudia Ivethe Jaen Cortés, Dra. Sofía Rivera Aragón

Sección: Investigación


Resumen

La violencia digital de pareja abarca actos y omisiones que se ejercen a través de las tecnologías de la información y la comunicación que ocasionan daño psicológico, sexual, relacional y social. Los propósitos del estudio son indagar la prevalencia de violencia digital de pareja en universitarios y conocer su relación con la depresión. Colaboraron 1,054 estudiantes universitarios, hombres y mujeres y se utilizaron instrumentos válidos y confiables sobre las variables de interés. Los resultados indican prevalencias elevadas del fenómeno y una asociación elevada y significativa con la depresión, por lo que es imprescindible crear espacios de sensibilización para prevenir este problema social y de salud pública.


Palabras clave: Violencia en el noviazgo, estudiantes universitarios, relaciones de pareja, medios electrónicos, depresión


Keywords: Dating violence, University students, Romantic relationships, Mass media, depression


Introducción

La violencia en el noviazgo incluye patrones de control y abuso emocional, físico o sexual (incluyendo el acoso y el acecho) que una persona inflige a su pareja con quien mantiene citas y encuentros románticos. Ocurre entre individuos que mantienen una relación cercana, personal, íntima o sexual, ya sea heterosexual u homosexual y tanto perpetradores como receptores pueden ser hombres o mujeres (Sanders, 2004).

Castro y Casique (2010, p. 22) definen este tipo de violencia como «Todo acto, omisión, actitud o expresión que genere, o tenga el potencial de generar daño emocional, físico o sexual a la pareja afectiva con la que se comparte una relación íntima sin convivencia ni vínculo marital», por lo que resulta como un fenómeno latente y de salud pública.

Existen otro tipo de comportamientos que se utilizan a través de medios electrónicos, como amenazas, omisiones, acosos, insultos, humillaciones, difusión de información personal, robo de identidad, invasión de la privacidad y/o vigilancia cibernética, distribución de material digital privado sin el consentimiento, sextorsión, pornografía no consentida, proliferación de rumores, exclusión social de grupos virtuales, distanciamiento y acoso sexual, entre otros, que tienen el propósito de deteriorar y/o dañar, esto se conoce como violencia digital de pareja (Borrajo, Gámez-Guadix, Pereda y Calvete, 2015; Euan & Pinto, 2022; Zweig, Dank, Yahner & Lachman, 2013; Zweig, Lachman, Yahner, & Dank, 2014).

Algunos actos, pueden ser, la revisión de correos electrónicos o mensajes de texto, solicitar el uso del localizador geográfico para conocer el paradero, usar espías cibernéticos, pedir las contraseñas de las cuentas de redes sociales o correos electrónicos, así como la publicación o distribución de fotografías o información sin el consentimiento de la pareja (Dick et al., 2014).

Esta modalidad emergente de violencia se realiza de manera pública o privada a través de espacios virtuales y se ha incrementado en los últimos años debido a que las personas se comunican con mayor frecuencia a través de dispositivos electrónicos (George & Odgers, 2015), pues es común que los jóvenes conversen y compartan intereses a través de redes sociales y mensajes instantáneos (Spies-Shapiro & Margolin, 2014).

Este tipo de violencia se traslapa con la violencia psicológica, verbal y la coerción sexual (Webb & Temple, 2016); sin embargo, posee características distintas debido a la naturaleza de las herramientas tecnológicas, como la permanencia y facilidad en el acceso, conectividad y visibilidad de la información en los espacios cibernéticos, la distancia geográfica, y por la cantidad de audiencia con quien se tiene comunicación en línea dado que el material digital se puede capturar, guardar, duplicar, compartir y recircular sin la presencia física de las personas receptoras (Fox, Osborn & Warber, 2014).

Sánchez (2024) refiere que la violencia digital en parejas involucra el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, como las redes sociales, el correo electrónico, la mensajería instantánea y otras plataformas en línea para controlar, amenazar, acosar, causar problemas o ejercer cualquier forma de abuso psicológico y emocional en una relación, incorpora la manipulación y explotación de la tecnología con la intención de dañar el bienestar mental, emocional y social y tiene efectos adversos individuales e interpersonales.

Los estudiantes universitarios no están exentos de experimentar episodios de violencia digital, por ejemplo, en México, Garamendi y Vargas (2021) encontraron que el 54% de las participantes refirieron vivir episodios de abuso digital por parte de la pareja, de las que ocho de cada diez vivieron ofensas, insultos o agresiones a través de medios digitales. Mientras que Juvera-Avalos, Salinas-Esparza y Cruz-Sánchez (2023) hallaron que 26% de los y las estudiantes universitarios ejercieron y recibieron prácticas de violencia digital, y cinco de cada diez fueron testigos de estos actos con sus compañeros (as). Javier-Juárez et al. (2022) mencionan prevalencias que van del 12 al 74%, por lo que resulta relevante explorar la proporción de estudiantes universitarios que experimentan este tipo de violencia.

La violencia digital de pareja afecta la salud mental, ya que se asocia con baja autoestima, depresión, síntomas psicosomáticos, alteraciones del sueño, abuso de sustancias, desajuste psicosocial, malestar emocional, conductas sexuales de riesgo, enojo, hostilidad, bajo rendimiento académico, acoso entre pares, entre otros (Baker, 2016; Einarsdóttir, 2015; George & Odgers, 2015; Kaukinen, 2014; Zweig, Lachman, Yahner & Dank, 2014).

La constante y prolongada exposición a la violencia ocasiona daños fisiológicos y psicológicos inmediatos, a mediano y a largo plazo, pues se vincula con trastornos emocionales y de comportamiento, como la depresión (Naciones Unidas, 2024).

Bottino, et al. (2015) realizaron una revisión sistemática para analizar el impacto que tiene la violencia que se expresa a través de medios electrónicos en la salud mental de los adolescentes e indican que las víctimas de violencia digital presentan más problemas emocionales y psicosomáticos, dificultades interpersonales, así también los adolescentes receptores de la violencia experimentan en mayor proporción emociones negativas como malestar, preocupación, estrés, miedo y síntomas de depresión.

De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (s/f), la depresión abarca sentimientos de tristeza, inutilidad, desesperanza o culpa excesiva de duración prolongada, que interfiere con la vida diaria y ocasiona síntomas físicos como dolor, pérdida o aumento de peso, alteraciones en los patrones de sueño o falta de energía. Asimismo, las personas con depresión experimentan incapacidad para concentrarse y son comunes pensamientos de muerte o suicidio.

La Organización Mundial de la Salud (2023) menciona que la depresión es uno de los trastornos mentales más comunes, abarca la presencia de un estado de ánimo negativo, la pérdida de placer o interés para realizar actividades cotidianas por largos períodos de tiempo; afecta todos los ámbitos de la vida: las relaciones intrapersonales (i.e. familia, amigos, etcétera), las actividades escolares, recreativas, entre otras, y la misma institución indica que quienes han vivido abusos o quienes experimentan eventos estresantes tienen más posibilidades de presentar síntomas depresivos.

Por lo anteriormente expuesto, los propósitos de este estudio son indagar la proporción de violencia digital de pareja en una muestra de hombres y mujeres universitarios y conocer su relación con la depresión.



Método

Estudio no experimental, descriptivo y correlacional.


Descripción de la muestra

Colaboraron de manera confidencial, voluntaria y anónima, 1,054 estudiantes universitarios, hombres y mujeres, de los que 740 fueron mujeres (70%) y el resto, hombres (30%). El rango de edades osciló entre los 17 y los 26 años (M=19.2), 87% de nivel licenciatura y el resto, de posgrado. Todos pertenecen a diferentes sedes de una institución de educación superior pública en la Ciudad de México. El 68.5% actualmente tiene una pareja y, en promedio, con 15 meses en la relación; siete de cada diez estudiantes mencionan utilizar los medios electrónicos con mucha frecuencia y 47% indicaron hacerlo para comunicarse con la pareja.


Instrumentos

Para fines de este estudio se utilizó un cuestionario con datos sociodemográficos, así como dos medidas, que son:

  1. Escala de Violencia de Pareja que se expresa a través de Medios Electrónicos (EVIME) de Jaen, Rivera, Salvador y Velasco −en prensa− conformada por 23 reactivos agrupados en cuatro factores y con formato de respuesta tipo Likert de cuatro opciones que explican el 57% de la varianza y con una consistencia interna de a=0.91. Los nombres de los factores son: control, monitoreo intrusivo y vigilancia cibernética (8 reactivos), agresión verbal (8 reactivos), agresión sexual (4 reactivos) y difusión de insultos y rumores (3 reactivos). El modelo de medición estimado, a través del Análisis Factorial Confirmatorio y utilizando Máxima Verosimilitud, posee índices de ajuste considerados como buenos x2/df = 4.918, NFI= .917, TLI= .923, CFI=.933, RMSEA = .055 (I.C. 90% .052 - .059), SRMR = .043.

  2. Inventario de Depresión de Beck (Beck, Steer & Garbin, 1988). Es una medida de informe personal que se utiliza para identificar síntomas de depresión y para cuantificar su gravedad. Está compuesto por 21 reactivos distribuidos en cuatro frases diferentes de respuesta, a los que el participante les asigna un puntaje de acuerdo con su sintomatología; determina de manera breve y rápida el grado de depresión −leve, mínimo, moderado y grave−. Indica el nivel y sintomatología física y emocional y posee un alto índice de confiabilidad (0.89).



Procedimiento

Se envió una invitación a los directivos de las instituciones que forman parte de una universidad autónoma y pública en la Ciudad de México con la información y el objetivo del estudio. Las autoridades invitaron a las y los alumnos a colaborar. Previo consentimiento informado, los instrumentos se aplicaron a través de una plataforma digital. La participación fue voluntaria y anónima, además el manejo de la información fue confidencial.

Análisis de resultados

Con el propósito de cuantificar la prevalencia de violencia digital de pareja (VDP) en estudiantes universitarios, tanto en hombres como mujeres, se realizaron análisis univariados mediante análisis de frecuencias. En la Figura 1 se presentan las cifras de esta información en términos de proporciones.

Para conocer la asociación entre la VDP y la depresión se realizaron correlaciones producto-momento de Pearson con el paquete estadístico SPSS, versión15.0. Como se observa en la Figura 1, la prevalencia del factor control, monitoreo intrusivo y vigilancia cibernética es de 20.9%. Entre las conductas que reciben los estudiantes están: aislamiento, rechazo de solicitudes, revisión del correo y las redes sociales sin permiso, vigilancia de actividades a través de las redes sociales, exigencia de dar las contraseñas, revisión de redes sociales, entre otras; la prevalencia de agresión verbal es del 11%, abarca amenazas, envío de mensajes que hacen sentir miedo, posteo de información desagradable en redes sociales, etcétera; la proporción de agresión sexual es del 16%, involucra acciones vinculadas con el envío de información con contenido sexual sin el consentimiento de la pareja e incluye mensajes y fotografías, así como presión para tener actividades sexuales no deseadas, mientras que la proporción de la dimensión de difusión de insultos y rumores es del 5%, que abarca el posteo de información falsa y el envío de insultos a través de las redes sociales.

Figura 1. Prevalencia de violencia digital de pareja en estudiantes universitarios.


Respecto al estudio de la asociación entre la violencia digital de pareja y la depresión, los resultados se muestran en la Tabla 1; la hipótesis que se plantea es que este tipo de violencia se vincula con los síntomas depresivos en estudiantes universitarios. Se observa que la depresión tiene correlaciones altas y significativas con la recepción de actos de violencia digital de pareja en las cuatro dimensiones del instrumento en hombres y mujeres; las correlaciones más altas se observan en la dimensión de control, monitoreo intrusivo y vigilancia cibernética, tanto en hombres como en mujeres, mientras que las correlaciones más bajas se observan entre la depresión y la agresión sexual.

Tabla 1

Correlaciones entre la violencia digital en la pareja y la depresión en estudiantes universitarios, hombres y mujeres.




1

2

3

4

5

Media

D.E.

1. Depresión

-

.749**

.378**

.212**

.467**

2.69

0.35

2. Control

.707**

-

.273**

.768**

.278**

1.19

0.35

3. Verbal

.534*

.177**

-

.246**

.636**

1.06

0.21

4. Sexual

.150**

.261*

.628**

-

.458**

1.07

0.22

5. Difusión

.347**

.337*

.691**

.607**

-

1.05

0.19

Media

2.70

1.81

1.19

1.03

1.04



D.E.

.356

.262

.401

.220

.232




NOTA: Los datos de la parte superior derecha corresponden a los hombres (N=314) y los datos de la parte inferior izquierda corresponden a las mujeres (N= 740). 1.- Depresión; 2.- Control= Control, monitoreo intrusivo y vigilancia cibernética; 3.-Verbal= Agresión verbal; 4.- Sexual= Agresión sexual; 5.-Difusión= Difusión de insultos y rumores.

* p≤0,05 y **p≤0,01.


Discusión

La violencia digital de pareja que se ejerce y recibe en estudiantes de educación superior, abarca actos y omisiones para controlar, amenazar, acosar, monitorear, agredir, ofender, así como cualquier otra forma de abuso psicológico, emocional y sexual a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación, como las redes sociales, el correo electrónico, la mensajería instantánea y otras plataformas en línea (Sánchez, 2024).


De acuerdo con Van Ouytsel, Walrave, Ponnet y Temple (2016), los avances tecnológicos han permitido que la violencia en el noviazgo entre estudiantes universitarios también se perpetre de manera digital, a través del internet o el teléfono móvil; no obstante, la violencia digital y la que se ejerce cara a cara están entrelazadas, por lo que es imperante realizar estudios descriptivos para identificar las señales de advertencia con la finalidad de realizar acciones de prevención e intervención ante este problema social y de salud pública.


En este estudio se encontró que un porcentaje de estudiantes universitarios han sido receptores de diferentes tipologías de violencia digital, la principal abarca conductas de control, monitoreo, acecho y vigilancia mediante las redes sociales. Cavalcanti y Coutinho (2019) encontraron amplia variabilidad en las prevalencias de abuso digital en las relaciones amorosas −oscilan entre el 10 y el 97%− que se obtienen a partir de diferentes formas de medida, principalmente de autoinforme y que se vinculan con múltiples factores sociodemográficos, relacionales, comportamentales, psicológicos y socioculturales.


Gómez (2023) menciona que el uso de la violencia digital ha permitido la modificación de subjetividades, prácticas sociales y maneras de relacionarse y mediante un estudio cualitativo encontró la presencia de experiencias de violencia digital en una muestra de mujeres universitarias, quien además señaló que las consecuencias son diferentes en hombres y mujeres.


Con relación al análisis del impacto que tiene la violencia digital en la presencia de sintomatología depresiva, se encontraron correlaciones elevadas y significativas, principalmente, en la dimensión de control, monitoreo intrusivo y vigilancia cibernética; de manera similar, Tarriño-Concejero, García-Carpintero-Muñoz, Barrientos-Trigo y Gil-García (2023) analizaron la prevalencia de violencia de pareja y su asociación con depresión, ansiedad y estrés en estudiantes de Andalucía, los autores encontraron que la violencia más prevalente fue la psicológica, que incluye conductas asociadas con el ciberacoso, control y vigilancia psicológica y emocional, seguida de la sexual. En esta muestra las mujeres puntuaron más alto en recibir conductas de ciber-acoso, control-vigilancia y sexual. Los autores indican que este tipo de violencia conlleva presentar resultados negativos con la salud física y psicológica, donde destaca la presencia de síntomas de estrés y depresión, principalmente en las mujeres.


Weingarten, Wu, Gates, Carreño y Baker (2018) mencionan que, dado que en universitarios se ha vuelto común el uso de redes sociales como principal forma de comunicación, constituyen una población con alto riesgo de vivir experiencias de violencia en el noviazgo, por lo que hicieron un estudio para conocer la manera en que el uso de tecnologías influye en la violencia en el noviazgo y esta, a su vez, en la presencia de problemas de salud mental. En sus hallazgos se encontró que la victimización indirecta y electrónica predicen la depresión en las mujeres.


El contraste de los hallazgos del presente estudio, con la revisión de la literatura científica, indica que la violencia digital de pareja está presente en las relaciones románticas en estudiantes universitarios y que se asocia con la depresión en hombres y mujeres, por lo que se sugiere seguir indagando sobre estos problemas de salud pública.


Conclusiones

La violencia digital de pareja abarca acciones, actitudes y omisiones que se perpetran a través de los medios digitales, como la mensajería instantánea, el teléfono celular, las redes sociales y el uso de internet. Algunos ejemplos de estas conductas abarcan las amenazas, insultos, actos de acoso, hostigamiento, insultos, vulneración de datos e información privada, mensajes de odio, difusión de información privada, contenido sexual sin consentimiento, videovigilancia, entre otras, que si se expresan de manera reiterada y constante ocasiona repercusiones negativas en la esfera individual, interpersonal y académica.


Los individuos que viven violencia digital experimentan malestar emocional, síntomas somáticos, síntomas de depresión, entre otros, así también comienzan a alejarse de sus amigos, a aislarse o tener bajo desempeño académico, por lo que es imprescindible emprender desde el ámbito familiar hasta el institucional acciones y estrategias mediante la implementación de programas de prevención e intervención multidisciplinarios que permitan sensibilizar a las y los jóvenes con la finalidad de ofrecerles opciones para disminuir o mitigar este tipo de prácticas.


Dado que la violencia en el noviazgo digital es un problema social y de salud pública, se requiere explorar con profundidad las conductas que la conforman, con la finalidad de identificar las causas y las consecuencias de este fenómeno, ya que se ejecuta mediante recursos electrónicos, por lo que no es necesaria la presencia física de la pareja, pues basta con tener acceso a internet y disponer de un dispositivo móvil para dañar y/ o controlar con quien se tiene una relación romántica, sin que existan barreras físicas y geográficas.


La también conocida ciberviolencia abarca actos que vulneran la intimidad sexual, ya que cuando se difunden fotografías, imágenes, videos reales o simulados sin el consentimiento pueden considerarse un delito.


En México se han emprendido acciones como la puesta en marcha de la Ley Olimpia que tiene como propósito sancionar este tipo de actos (Gobierno de México, 2021), por lo que es imprescindible que los adolescentes se informen para que logren identificar las formas y vías en que se presenta la violencia digital, de tal forma que cuenten con herramientas eficaces para que se les garantice el derecho a una vida libre de violencia en el espacio digital; para ello necesitan contar con redes de apoyo (i.e. padres) y denunciar los eventos ante las autoridades correspondientes (i.e. profesores, escuela, orientadores, entre otros).


La relevancia de identificar la violencia digital estriba en que, ante el creciente uso y dependencia del uso de las tecnologías de comunicación e información, esta repercute en la salud física y mental de los adolescentes, a su vez también afecta la vida cotidiana y la capacidad de relacionarse de manera romántica entre los adolescentes.

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Dra. Claudia Ivethe Jaen Cortés

Dra. Claudia Ivethe Jaen Cortés

Dra. Claudia Ivethe Jaen Cortés, Técnica Académica Titular “A” Tiempo Completo definitiva en la Faculta de Psicología de la UNAM (ORCID: 0000-0001-5715-3807)

Dra. Sofía Rivera Aragón

Dra. Sofía Rivera Aragón

Dra. Sofía Rivera Aragón, Profesora Titular “C” Tiempo Completo definitiva en la Facultad de Psicología de la UNAM (ORCID: 000-0003-1170-2430)

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