La UNAM al servicio de la comunidad: Brigadas de Salud Bucodental


Dr. Juan Carlos Rodríguez Avilés


La UNAM al servicio de la comunidad: Brigadas de Salud Bucodental


Dr. Juan Carlos Rodríguez Avilés



Entrevista



El número 8 de la Revista SENDA de Orientación y Atención Educativa recoge el testimonio del doctor Juan Carlos Rodríguez Avilés Cirujano, dentista y docente de la Facultad de Odontología de la UNAM, con más de 30 años de experiencia y amplia trayectoria laboral en el área de la docencia, quien destaca por su participación en el “Programa de Brigadas de Salud Bucodental” en diferentes zonas del país, en el que se da prioridad a la atención de comunidades alejadas y marginadas para extender los servicios que la Universidad brinda a la población mexicana. Al respecto nos compartió su experiencia y vivencias en torno a las brigadas.


Al hablar sobre el “Programa de Brigadas de Salud Bucodental” nuestro entrevistado expuso que este es uno de los más exitosos en materia de Servicio Social en la Facultad de Odontología; la razón es que durante las brigadas se abordan dos aspectos primordiales que son de amplio interés para el estudiantado. La primera de ellas es que se trata de un programa que pretende acercar los servicios de salud a las comunidades que se encuentran en zonas desprotegidas, cuya población es menos favorecida, donde los servicios de salud, en particular dentales, son escasos o prácticamente nulos, y la segunda es que este tipo de servicios permiten que las personas beneficiadas puedan mejorar sus condiciones de salubridad, sin detrimento a su economía, ya que los tratamientos que se otorgan durante las jornadas son sin ningún costo para las y los pacientes.


Las jornadas brindan al alumnado no solo la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos de manera teórica dentro de las aulas y laboratorios, sino que se expone a las y los universitarios a situaciones reales y complejas en contextos que les ofrecen, además, una importante retroalimentación acerca de su desempeño profesional.


En palabras del doctor Rodríguez Avilés: “La posibilidad de practicar los aprendizajes es una experiencia invaluable para nuestros alumnos, ya que les permiten enfrentarse a retos y buscar soluciones a situaciones que no se encuentran en los libros, por eso las experiencias en las brigadas –me atrevería a decirlo incluso desde mi propia experiencia– son, además, una vivencia que marca la vida de nuestros jóvenes, porque les forma no solo en las habilidades técnico-profesionales particulares de la carrera, sino que les permite poner en práctica valores y habilidades blandas tales como el trabajo multidisciplinario, el liderazgo, la comunicación asertiva, el compromiso y la ética. Así que las brigadas son, sin duda, una rica experiencia que ojalá muchas carreras pudieran experimentar, pues implican además la esencia original del Servicio Social al considerar a la UNAM al servicio de la comunidad”.


Cuáles el aporte de las Brigadas de Salud Bucodental a la población mexicana

La formación del estudiantado debe ser holística; es necesario formar ciudadanos completos, que adquieran de forma paralela habilidades sociales y humanas; profesionales sensibles a las necesidades de las sociedades actuales y con altos valores universitarios, que refrenden a la UNAM como una Institución de Educación Superior líder y de excelencia no solo en México sino en el mundo.


Por eso la UNAM tiene una gran responsabilidad no solo en la formación de recursos humanos de alta calidad, sino también en ofrecer soluciones y alternativas en la atención de necesidades de la sociedad, sobre todo con énfasis en las poblaciones y comunidades más desfavorecidas.


Durante los últimos años las brigadas han robustecido los servicios que se dan a las comunidades donde se interviene con servicios que, en algunas ocasiones, se suman a los de salud bucodental, de salud visual y otros otorgados por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, lo cual permite atender de forma multidisciplinaria las necesidades de las comunidades. “Cuando llegamos a las comunidades, las personas nos reciben y esperan con grandes expectativas, pues saben que la UNAM es una garantía de calidad, profesionalismo y calidez humana, eso ¡también es formativo!, pues refrenda la identidad universitaria de los alumnos que participan. Sin duda se trata de jornadas agotadoras y de largas horas al servicio de la comunidad; los servicios son gratuitos para la población que atendemos, pero la mejor paga en estos casos es sin duda la gratitud, la sonrisa y el agradecimiento de las personas que atendemos”, hizo patente el doctor Rodríguez Avilés.


La Facultad de Odontología de la UNAM organiza, desde 1977, este tipo de brigadas que pueden agruparse en dos periodos:

  • 1977-2006: En ese primer periodo las brigadas no tenían un perfil de Servicio Social formal, sino que eran actividades que el alumnado desarrollaba de manera voluntaria y por interés propio. Las primeras brigadas entonces implicaban un número reducido de universitarios y universitarias que se desplazaban a las comunidades; se atendía con equipos de baja velocidad, se ofrecían apenas los servicios básicos tales como limpiezas y extracciones.

  • 2006-al presente: A partir del 2006 y, por supuesto por el gran impacto que fueron ganando las brigadas, las autoridades de la Facultad de Odontología mostraron mayor interés en el programa y se gestionó un cambio importante para mejorar y modernizar los equipos que se utilizan en la actualidad –ahora contamos con un equipo de punta, con tecnología, ahora los pacientes pueden ser atendidos en sillones dentales (y no en sillas como se hacía en el pasado). Se cuenta con mayor equipamiento: lámparas para iluminación, entre otros apoyos, lo cual permite que los servicios otorgados sean de mayor calidad y más eficientes tanto para el alumnado que los ejecuta como para las personas de las comunidades que los reciben. Otro cambio importante es que ahora las brigadas son consideradas como parte de un programa muy exitoso de Servicio Social que le permite a las y los estudiantes formarse y adquirir nuevas competencias en contextos fuera de las aulas y de los laboratorios universitarios.


Las brigadas son, además, una experiencia invaluable no solo para el alumnado que participa en ellas, sino para el cuerpo docente que colabora en su supervisión; sobre todo, insisto, por la formación humana, ética y de valores que genera en los jóvenes”, subrayó el doctor Rodríguez Avilés.


Con las brigadas llegamos, para representar a la UNAM, hasta las comunidades más apartadas en los estados de la República Mexicana donde prevalecen índices altos de problemas bucodentales, que representa en nuestro país un problema frecuente y común en la población en general. Las brigadas de salud −a lo largo de todos estos años− han podido visitar los 32 Estados de México, considerando cabeceras municipales y comunidades; sin embargo, sabemos que aún falta mucho por hacer, faltan muchos lugares a los cuales asistir y ese es nuestro compromiso para continuar formando profesionales de la salud de alto valor.


El doctor Francisco Javier Marichi Rodríguez, actual director de la Facultad de Odontología de la UNAM, se encuentra muy interesado en procurar y extender este programa, motivo por el cual se ha adquirido más equipo y mobiliario médico que permite, a su vez, la posibilidad de recibir a más universitarios en formación y ofertar más servicios a las comunidades. Ahora es posible planear y organizar jornadas de forma simultánea, incluso en diferentes estados de la República, lo cual favorece el incremento, de manera exponencial, de la cobertura en la atención que se brinda a los pacientes.


Conociendo un poco más del trabajo en campo

Nuestro entrevistado nos compartió que, a través de los años, en el “Programa de Brigadas de Salud Bucodental” se han brindado 274,000 servicios que han beneficiado a igual número de pacientes a lo largo y ancho del país, además se han realizado en dichas jornadas casi un millón y medio de tratamientos a pacientes de forma gratuita en una atención integral posible que implica desde un aspecto con medidas preventivas, limpiezas dentales, eliminación de cálculo dental; en niños la aplicación con fluoruro, selladores de fosetas y fisuras, enseñanza de la técnica del cepillado −porque existe una técnica específica para cada paciente que depende de la posición de dientes, cantidad de dientes, edad del paciente−, por lo que a cada uno se le explica de manera personalizada. También se atienden cuestiones restaurativas, atención y tratamiento para las caries dentales, −ya que en México cerca del 90% de la población padece algún tipo de caries dental−; otro problema frecuente es la atención de la encía inflamada, tratamiento para la placa dentobacteriana, entre otros padecimientos.


Los tratamientos que se otorgan van desde la eliminación y obturación de caries, aplicación de resinas con ionómeros de vidrio, amalgamas −aunque esta es una estrategia cada vez más en desuso, ya que ahora existen materiales muy actuales y resistentes–, hasta extracciones dentales y algunas cirugías.


Así entonces, en las Brigadas de Salud Bucodental son considerados los aspectos preventivos, restaurativos y quirúrgicos para ofrecer una atención integral en beneficio del paciente, ya que “como todos sabemos muchas de las enfermedades empiezan o se inician a través de la boca o de la cavidad bucal, entonces mantener una cavidad bucal sana puede ser un factor protector que ayude a disminuir los problemas de salud, en general, en la población. Los tratamientos que se otorgan en las brigadas son totalmente gratuitos para las familias de las comunidades a las cuales llegamos, lo cual les ha permitido un ahorro de 943 millones, lo anterior considera un impacto económico muy importante, por supuesto es un impacto de salud también muy beneficioso y un pacto académico para nuestros jóvenes y de cuestión de sensibilidad social muy importante. Para lograr la gratuidad en los servicios que se otorgan se establecen alianzas con gobiernos, instituciones gubernamentales, estatales, con las asociaciones, municipios, asociaciones civiles reconocidas y otros socios estratégicos, que ayudan a sufragar los gastos”.


Nuestro entrevistado nos relató que, durante el desarrollo de las jornadas, un reto importante es el manejo y control de los jóvenes durante una semana fuera de casa, pues se trata también de un ejercicio de responsabilidad. “No es un viaje de placer, sino una semana intensa de muchos aprendizajes fuera de las aulas para resolver problemáticas que no encontramos escritas en los libros de texto, ya que muchas veces dichas soluciones implican seriedad, ética y compromiso por el ejercicio de la profesión”, enfatizó.


Esta conversación, sostenida entre el académico de la Facultad de Odontología y la Revista SENDA, nos permitió conocer otros aspectos, más allá de los estrictamente académicos de las brigadas, pero igualmente reveladores: “El trabajo en las brigadas es largo y en algunas ocasiones extenuante, ya que se atienden aproximadamente entre 120-150 pacientes por día durante toda la semana, de lunes a viernes, entonces debemos tener mucho cuidado también nosotros como profesores de no rebasar límites, para no generar un cansancio excesivo que demerite en la calidad de los servicios otorgados. Las experiencias satisfactorias al trabajar de cerca en las brigadas son infinitas. Si pudiera empezaría diciendo que la mayor es poder sentir la gratitud sincera de la gente a la cual servimos, puesto que se entregan servicios gratuitos a poblaciones desfavorecidas, entonces sentir el afecto, el bienestar que se genera en las comunidades, creo que es algo que no tiene precio y que marca la vida de los universitarios”.


Para participar en las brigadas las y los universitarios deberán contar, primero, con el 100% de los créditos académicos cubiertos, ya que es un requisito indispensable, puesto que el trabajo en las brigadas implica desplazarse hasta las comunidades por periodos de una semana completa, motivo por el cual este tipo de programas de Servicio Social no son compatibles cuando los universitarios siguen estudiando, pues tendrían que interrumpir sus clases y sus prácticas en clínicas.


Experiencias multidisciplinarias

En la actualidad una de las competencias mayormente solicitada por los empleadores −prácticamente para cualquier carrera profesional− es el trabajo en equipo y, sobre todo, cuando implica la colaboración entre diferentes carreras. En las brigadas que son llevadas hoy en día hasta las comunidades participan profesionales de las carreras de Medicina, Medicina Veterinaria y Zootecnia y Optometría, quienes en conjunto ofrecen un servicio integral no solo para la comunidad sino para sus animales de compañía y de granja. Dicho trabajo multidisciplinario beneficia no nada más a la comunidad donde se lleva a cabo la brigada; sino que se trata de una experiencia formativa y cargada de aprendizajes para las y los universitarios, pues se exponen a situaciones y contextos que les permiten poner en práctica competencias tales como: el trabajo en equipo, la comunicación asertiva, la solución de problemas, el trabajo por objetivos, la tolerancia al estrés, la creatividad, así como la planeación y organización, que serán aspectos claves al momento de insertarse en los mercados laborales profesionales.


Sobre otros aspectos del trabajo que se realiza en las brigadas, nuestro entrevistado nos compartió: “posterior al trabajo desarrollado en campo durante las brigadas se procesan los datos obtenidos de los servicios brindados y, aproximadamente, en un año regresamos a las comunidades atendidas para revisar las historias clínicas y para conocer el impacto que tuvo la brigada tanto en la parte clínica como en la salud en general”.


La UNAM es la universidad de la nación y su presencia en las comunidades es muy acogida y bien recibida: “podría incluso decir que las personas esperan nuestra presencia con las brigadas multidisciplinarias y que al final las personas son muy agradecidas con nuestra labor”, afirmó con emoción el doctor Rodríguez Avilés.


Educación y prevención

De manera tradicional en las brigadas, hace algunos años aún, utilizábamos los grandes rotafolios para impartir pláticas generales a los pacientes que se encontraban esperando ser atendidos en los módulos o fases que implicaban las brigadas; sin embargo, con el tiempo aprendimos que el efecto o impacto de estas actividades no era tan favorable, pues en estos espacios comunes los pacientes suelen distraerse con facilidad, perdiendo así la posibilidad de llevarse a casa información importante. Por lo que en la actualidad se ha cambiado el esquema de rotafolios a una atención personalizada donde en cada sesión de revisión mientras se está otorgando el servicio a cada paciente la persona brigadista tiene la encomienda de ejecutar estrategias de prevención y cuidado de la salud acorde a las necesidades particulares de cada paciente; es decir, se le enseña a cada persona de forma individual sobre técnicas de cepillado dental, higiene bucodental, alimentación y otros temas de interés, pues durante los seguimientos hemos notado que esta estrategia tiene mejores resultados e incluso más duraderos en el tiempo, ya que el paciente presta más atención a las indicaciones médicas cuando las instrucciones son entregadas de forma personalizada”. La atención personal antes mencionada tiene mejores resultados, sobre todo cuando se trata de niños y adultos mayores, ya que son poblaciones que por naturaleza suelen distraerse con facilidad.


Conclusión y recomendaciones finales

A nuestros jóvenes lectores me gustaría recomendarles no bajar la guardia en su formación y actualización; sobre todo al tratarse de carreras relacionadas con el cuidado de la salud, ya que continuar estudiando es de vital importancia para mantenerse a la vanguardia tanto en herramientas, estrategias y metodologías, pero también es importante cuidar su formación como profesionales y como ciudadanos éticos, con valores sociales, altruistas y al servicio de la comunidad y, por su puesto, ¡qué se sumen a nuestras brigadas! Porque sin duda alguna ahí cambiamos vidas, y no me refiero únicamente a las vidas de los pacientes que atendemos, sino de los profesionales que formamos y de todos los que administrativa y académicamente hacemos posible estas experiencias, por que juntos dejamos huella en la vida de muchas personas. También les recomiendo ser unos apasionados de sus profesiones, sea cual sea la carrera que estudien. Porque si uno disfruta lo que ama lo hará siempre con entusiasmo, disciplina y satisfacción. Yo, por ejemplo, me siento muy agradecido porque amo mi trabajo; las actividades que desarrollo me generan satisfacción, me llenan, me siento feliz cuando puedo compartir conocimiento con los jóvenes. Así que mi recomendación final sería que las y los jóvenes que nos leen puedan descubrir y seguir su pasión”.

Dr. Juan Carlos Rodríguez Avilés



Dr. Juan Carlos Rodríguez Avilés

Coordinador de las Brigadas de Salud Bucodental, Facultad de Odontología UNAM

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