REFLEXIONES Y VISIONES

Salud mental y violencias en la universidad. Resultados preliminares de investigación en curso

Mtra. Tilde Vanina Daraio & Mtra. Sara Müller. 1

Resumen

Abordajes SocioEducativos perteneciente a la Secretaría de Promoción de la Equidad y Géneros de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires acompaña y asesora en aquellas problemáticas complejas producidas en las intersecciones entre Salud Mental Comunitaria y Educación. La investigación en curso releva situaciones de conflicto que se manifestaron en el periodo 2020-22 y la manera en que fueron abordadas en pos del diseño de recursos y herramientas para los acompañamientos futuros de las trayectorias educativas y ocupacionales.

Palabras clave: salud mental, violencias, abordajes socioeducativos, Universidad, educación.

Keywords: mental health, violence, socio-educational approaches, University, education.

Justificación

En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se han puesto en evidencia en los últimos años problemáticas cuyas características dialogan con el campo de la Salud Mental y de las violencias que requieren una perspectiva de intervención comunitaria.

Desde 2019, Abordajes SocioEducativos (ASE), perteneciente a la Secretaría de Promoción de la Equidad y Géneros de la mencionada facultad, aborda diversas situaciones vinculadas con la salud mental agravadas por dificultades socioeconómicas, múltiples violencias ─género, discriminación, etcétera─ y más específicamente, conflictos en las aulas que implican dimensiones pedagógicas, vinculares, sociales, históricas, subjetivas, entre otras.

ASE tiene por finalidad desde su inicio acompañar, asesorar y construir colectivamente abordajes frente a los malestares que pueden obstaculizar las distintas tareas, ya sean referentes a las prácticas de enseñanza, aprendizaje, investigación o administrativas, por mencionar algunas.

El objetivo general de la investigación en curso que se presenta es relevar las problemáticas que se manifestaron en el periodo 2020-22 y la manera en que fueron abordadas por ASE para su posterior reflexión. Los objetivos específicos son: identificar las problemáticas que generan mayor demanda de intervención, analizar las modalidades de esas intervenciones durante el periodo mencionado y diseñar recursos o herramientas para los acompañamientos futuros de las trayectorias educativas y ocupacionales.

Antecedentes

Según el informe “Consecuencias psiquiátricas de la Pandemia” de la Universidad de Buenos Aires (2022) se evidencian cada vez más casos de estrés post traumático, depresión, trastorno de dolor, de pánico y obsesivo-compulsivo, así como, la automedicación y el abuso de psicofármacos, la presencia de adicciones (tabaco, alcohol y drogas) y trastornos del sueño relacionados con el aislamiento social preventivo y obligatorio.

Cuenca Robles et al. (2020) consideran que en la actualidad la salud mental del estudiantado universitario es un tema relevante para el profesorado, ya que limita la formación de competencias profesionales y sociales. Además, señalan un vacío de conocimiento sobre la temática, y la importancia de realizar programas específicos de promoción de la salud mental en contextos universitarios.

Según Alarcón (2019) la salud mental del estudiantado universitario es un aspecto fundamental asociado a una trayectoria exitosa. El ingreso a una institución de educación superior se entrama al ciclo vital de todo sujeto, lo que implica experiencias y desafíos. En este contexto pueden presentarse vivencias anómalas que van desde síntomas más o menos aislados hasta manifestaciones psicopatológicas. Así, resulta urgente que las instituciones actúen a fin de aliviar este tipo de situaciones y brinden un ambiente acogedor, positivo y orientado al bienestar.

Moreta-Herrera et. al. (2018) indagan en un estudio transversal comparativo realizado en Ecuador con 982 estudiantes de tres universidades la satisfacción con la vida y el bienestar psicológico y social. Se aplicaron cuestionarios y se obtuvo que el bienestar subjetivo, psicológico y social asociado a la salud mental muestra diferencias según la universidad.

Gómez Cano (2018) valora la importancia de la articulación salud y educación en el campo de la prevención, dado que la Ley Nacional de Salud Mental número 26 657 señala acciones de inclusión social, laboral y de atención en salud mental comunitaria. Además, enlaza temas de violencias, trastornos afectivos, etcétera.

Por último, Micin y Bagladi (2011) caracterizan la incidencia de psicopatologías y antecedentes de conducta suicida en universitarios. La metodología enmarcada en un diseño exploratorio y cuantitativo recogió diagnósticos en una muestra de 460 estudiantes que recibieron atención psicológica o psiquiátrica entre 2006-08. Los resultados indicaron tasas significativas para trastornos adaptativos, del ánimo, de ansiedad, depresión, desórdenes de personalidad, entre otros.



Marco teórico

Desde la perspectiva de la Salud Mental Comunitaria se abordarán las nociones de Campo, Violencias y Persistencia Universitaria, categorías teóricas “clave” para este estudio preliminar.

El campo de la llamada Salud Mental sufrió transformaciones profundas con los aportes del enfoque crítico. Los dispositivos de acompañamiento en ámbitos educativos pueden abordar las situaciones problemáticas institucionales, al reflexionar sobre la posición de escucha, los conflictos, la posición pedagógica, las líneas de acción y estrategias de intervención (Rascovan et. al, 2014).

La Salud Mental Comunitaria y sus vínculos con la educación permite integrar la noción de campo; es decir, múltiples dimensiones que se entraman y atraviesan lo institucional, que operan en las problemáticas desde la dimensión política, económica, social, histórica, educativa, terapéutica, entre otras (Contino, 2015). Fernández (2009a) propone abordajes transdisciplinarios que implican las formas educativas y sociales, las producciones de subjetividades, las invenciones colectivas y el trabajo en red.

Respecto a la noción de violencias, esta es polifacética. Según Fernández (2009 b) los procesos de discriminación y fragilización están invisibilizados y se enlazan con acontecimientos y procesos, se reproducen en la superficie social y subjetiva. Estos violentamientos ─económicos, políticos, laborales, legales, eróticos, simbólicos o psíquicos─ constituyen una de las estrategias de producción de las desigualdades.

Asimismo, según Kaplan et al. (2006) existe una construcción social de la violencia. Desde las variables sociales y especialmente educativas se puede trabajar en la resolución de conflictos para la inclusión social con una comprensión socioeducativa y, a la vez, integral.

Con relación a la persistencia, esta será abordada desde el paradigma organizacional, en torno al concepto de aula como comunidad y la validación académica y social. Esta última implica un proceso habilitante sostenido en la institución; es decir, profesorado, asesores, etcétera, la cual ayuda al alumnado a creer en su capacidad de aprender, adquirir autoestima, y aumentar su motivación para involucrarse en la vida universitaria. La validación no se restringe al aula ni a lo académico, sino que incluye lo emocional, lo social y otros aspectos (Rendón, 1994). Por otra parte, según Tinto (2017) las aulas son comunidades más pequeñas inmersas en comunidades más amplias, académicas y sociales de la universidad.



Metodología investigación en proceso

Para la presente investigación se utilizó una perspectiva cualitativa de tipo descriptiva; según Sampieri (1991:72) pueden ofrecer la posibilidad de predicciones, aunque sean rudimentarias. Esta metodología brinda la posibilidad de abordar varias realidades construidas en la investigación, admite la subjetividad como también describir, comprender e interpretar los fenómenos, a través de las percepciones y significados producidos por las experiencias de las personas que participan (Sampieri, 2014).

Considera un diseño metodológico flexible, donde la Teoría Fundamentada (TF) permitirá recuperar las voces encontradas y abrir el alcance de la teoría para entender el objeto de estudio. El proceso se orientará según el Método Comparativo Constante (MCC), mientras que las categorías ─preliminares─ surgen derivadas de los datos (Glaser y Strauss, 1967); por tanto, será necesario comparar contenidos de diversos episodios de entrevistas, encuestas y observaciones con los conceptos teóricos, en un esfuerzo por identificar los temas fundamentales (Wells, 1995; Barnes, 1996 citados por Páramo Morales, 2015). Se notan así las diferencias y las similitudes de los datos que pueden ayudar a comprender el fenómeno en estudio (Glaser y Strauss, 1967; Glaser, 1992). De tal manera, este proceso de categorización es preliminar.

En una segunda instancia se pondera la aplicación de una encuesta que se encuentra en elaboración; se trata de un instrumento auto ministrado y estandarizado para facilitar el análisis de datos y su sistematización. Se espera que los resultados podrán generalizarse dentro de los límites marcados por el diseño muestral, y posibilitarán la obtención de abundante información significativa (Sautu et al., 2005).

La encuesta que será anónima y estará destinada a toda la comunidad de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, la cual recolectará información poblacional general (social, educativa, rango etario, etcétera) y se enfocará en tres dimensiones: 1) vinculada con la presencia de malestares o estrés en las actividades cotidianas, asociado al riesgo laboral y educativo, 2) relacionada con la identificación de las distintas violencias (física, psicológica, patrimonial, entre otras) en los ámbitos y en las actividades en que ocurre (clases, oficinas administrativas, actividades deportivas, etcétera) y quienes las ejercen (estudiantes, docentes, autoridades, por citar algunos) y 3) sobre salud mental, que indaga malestares recurrentes que puedan afectar las actividades.

Otras herramientas priorizadas para la construcción de datos serán el análisis de las intervenciones de ASE, el tipo de problemáticas, derivaciones, asesorías, etcétera, relevadas a través de las consultas recibidas, entrevistas realizadas e intervenciones, al modo de análisis documental de dichos registros.



Hallazgos preliminares

ASE-FCEN viene realizando acompañamientos de problemáticas complejas producidas en las intersecciones entre Salud Mental Comunitaria, Educación y Trabajo que involucran diversas áreas de la FCEyN. En los últimos tres años se recibieron un total de 46 demandas que requirieron articulación, entre otros, con los Departamentos de Física, Computación, Biodiversidad y Biología Experimental, Ciencias de la Atmósfera e Instituto del Cálculo y CEFIEC, Ecología, Genética, Evolución, Fisiología, Biología Molecular y Celular, y áreas no docentes (el personal no docente son aquellos trabajadores que desempeñan tareas técnicas, administrativas, profesionales, de mantenimiento y de servicios).

Se consideran las siguientes dimensiones para su análisis:

a. Consultas preventivas: relacionadas con posibles situaciones de salud mental en el aula. Por ejemplo, fuertes conflictos vinculares en el trabajo grupal, producto de habilidades sociales distintas a las convencionales, crisis de ansiedad frente a exámenes, necesidad de apoyos específicos para el desarrollo del curso de una materia por presencia de déficit atencionales y tiempos diferenciales para la comprensión, producto de los efectos secundarios de ciertos fármacos o determinadas patologías que requieren otras modalidades.

b. Salud Mental per se: consultas de docentes y estudiantes en relación con situaciones existentes en distintos ámbitos de enseñanza (aulas, laboratorios) en las que se evidenciaron problemáticas que han sido percibidas o explicitadas como depresión, ataque de pánico, crisis de angustia, enfermedad psiquiátrica. Todas ellas obstaculizan el desarrollo de las actividades propias de las prácticas de enseñanza-aprendizaje. Se incluyen en esta categoría situaciones vinculadas con suicidios y sus resonancias; casos situados en el ámbito no docente; situaciones de salud mental en familiares de estudiantes que requirieron apoyo.

c. Conflictos vinculares no referidos con problemáticas de salud mental: episodios de violencias en situaciones laborales que involucran personal no docente, y situaciones educativas, especialmente áulicas en grado y postgrado. Asimismo, se incluyen situaciones de violencia en el ámbito familiar.

Imagen 1. Cantidad de problemáticas según categorías. Período 2020 a 2022 primer semestre. Elaboración propia


De acuerdo con los resultados, las consultas en el ámbito de las prácticas de enseñanza-aprendizaje igualan los números entre aquellas vinculadas con problemáticas de salud mental y las situaciones de violencia o conflictos en las que no se percibieron o refirieron problemáticas de salud.

En el año 2021 fueron mayores las situaciones vinculadas con violencias en comparación con el primer semestre de 2022.

Si bien las situaciones de salud mental se mantuvieron en los dos primeros años, estas crecieron en el periodo mencionado.

Por otra parte, en menor medida, se realizaron intervenciones que involucran ámbitos familiares en los que se generan los conflictos que obturan las actividades en la FCEyN, ya sean educativas o laborales.

En menor medida también se reportaron pedidos de asesoramientos preventivos sobre posibles conflictos.



Discusión

Sin duda, las múltiples dimensiones de las problemáticas (educativas, sociales, laborales, singulares, históricas, ideológicas, entre otras) y la necesidad de un trabajo en red dentro de la FCEyN reflejan la concepción mencionada sobre la complejidad de las intervenciones, permiten pensar en el acompañamiento de las trayectorias vitales y no solo ocupacionales o educativas.

En relación con la persistencia, al retomar la noción del aula como una comunidad inserta en la institución, resulta importante el clima afectivo y las expectativas en torno a las experiencias educativas. Asimismo, ello se relaciona con la valoración social ─sentirse miembro valioso de la comunidad─ y académica, jugando ahí cuestiones enlazadas con habilidades y destrezas y otros saberes que permiten el aprendizaje y, con él, la persistencia.

Sobre las modalidades de intervención, en principio se centran en el aspecto pedagógico; es decir, hacen foco en el contexto institucional en el cual se implementan. Pensar en intervenciones pedagógicas posibilita ordenar la práctica, especialmente no psicologizar, característica fundamental para la perspectiva de la Salud Mental Comunitaria, sobre todo en aquellas situaciones que involucren aspectos del ámbito de la salud. Además, las intervenciones son situadas, allí donde ocurre el conflicto, garantizando contextualizar y generar miradas integrales sobre las problemáticas.

Por otro lado, en todas las acciones se tiende a generar estrategias de intervención singulares que pueden ser múltiples, en las que se abordan distintas áreas y redes, según el caso.

Las modalidades en el periodo mencionado han sido individuales, grupales, presenciales y virtuales. En situaciones específicas se ha realizado una articulación con instituciones de Salud Mental o de otras temáticas pertinentes. La reserva y confidencialidad es central, entendiendo que no es posible desarrollar políticas de cuidado sin ella.

En síntesis, en el trabajo realizado estos años, se han sucedido distintos tipos de demanda: a) Individual y espontánea: consultas realizadas por las mismas personas que viven el malestar. b) Individuales o grupales: personas del entorno cercano que presencian dichos malestares: docentes, compañeras, compañeros, directivos, trabajadoras y trabajadores de la FCEyN, etcétera.

Asimismo, se registraron distintos ámbitos de emergencia de problemáticas: a) dentro de la comunidad y sus prácticas, es decir, en las aulas (involucrando al alumnado y profesorado) o en los distintos departamentos (involucrando también al personal no docente); b) ámbito familiar-personal, malestares ocasionados por fuera de la facultad que afectan las trayectorias y repercuten en las prácticas mencionadas anteriormente.

En relación con los datos o insumos para eventuales recursos se mencionan dos vertientes. La primera, respecto a la producción y actualización de una guía de sitios de Salud Mental gratuitos, como herramienta para el trabajo, y la puesta en marcha de redes interinstitucionales en situaciones específicas que lo precisaron. Esta producción es central como insumo para los acompañamientos, así como también diferentes materiales ─guías orientativas─ que oficien de herramientas para las dinámicas en el aula, o ante situaciones específicas como el suicidio y sus resonancias.

La segunda vertiente, en torno a la creación e implementación de una encuesta ─destinada a la comunidad─ que permita profundizar y ampliar las indagaciones. La misma permitirá retomar las dimensiones vinculadas con: modalidades subjetivas en relación con las vivencias y experiencias a la hora de habitar la FCEyN; el contexto familiar; aspectos facilitadores y obstaculizadores de las trayectorias de trabajadores, docentes y estudiantes, el contexto áulico o laboral y sus dinámicas; la percepción de malestares, conflictos, obstáculos; violencias y creencias, valoraciones vinculadas con la persistencia.

Es relevante señalar que, en el diseño de esta herramienta, se evitará la utilización de categorías clínicas muy usadas en las indagaciones educativas, como diagnóstico, adicciones, depresión o bienestar. Ello es necesario en concordancia con el paradigma que se menciona al inicio de este texto.



Conclusiones

Lo aquí expuesto ─adelantos de investigación en curso─ permite obtener en detalle las modalidades de intervención y los tipos de conflictos que se han presentado en la FCEyN en el periodo 2020-22. Asimismo, se observaron algunas variaciones respecto a las tendencias entre Salud Mental y Violencias; no obstante, se advierte la dificultad de pensar en categorizar ambas problemáticas de manera estanca y, por ello, se subraya la importancia de considerar lazos entre ambas categorías que se han construido en función de las percepciones e interpretaciones de quienes participaron de dichas situaciones. En este sentido, se apela a la noción de complejidad y campo, que da cuenta del vínculo indisoluble entre la dimensión social (contexto, historia, familia, etcétera) y subjetiva (propia y singular de cada uno).

Por otra parte, pensando en las nociones de clima del aula, y la noción de validación académica y social como categorías de la persistencia, es posible considerar que aquellas situaciones sucedidas en los ámbitos de las prácticas de enseñanza y aprendizaje (tendencia mayoritaria) podrían asociarse con obstáculos en el mantenimiento de las trayectorias educativas.

En relación con los abordajes de los conflictos y malestares, es relevante la construcción de estrategias situadas y, especialmente, en red. Es decir, comprendidas en todas sus dimensiones y, por ello, el trabajo articulado con diversas áreas dentro de la institución como: Becas, Programa por la Igualdad de Género (=GenEx), Popularización de la Ciencia, áreas de Seguridad, consultorio médico, biblioteca y espacios comunes, Dirección de Asuntos Jurídicos, y departamentos docentes e institutos, entre ellos, Física, Computación, Biología, Instituto del Cálculo, CEFIEC, Ciencias de la Atmósfera. Se pondera la necesidad del trabajo en red, también con otras instituciones para las acciones que fueran necesarias.

Vale la pena enfatizar que las intervenciones son singulares en su abordaje y requieren de una escucha atenta, neutral. Según Korinfeld (2020) el procesamiento social de lo acontecido tiene que ver con el quehacer institucional, dado que las modalidades en que se piensan y acompañan las situaciones complejas pueden facilitar la elaboración subjetiva de la situación disruptiva, colaborando con su tramitación. Según el autor, el enfoque de la Salud Mental Comunitaria permite revalorizar la dimensión social y humana, a la vez que advierte la importancia de la noción de ayuda psicológica como entrada posible para potenciar nuestra capacidad de disponibilidad y conexión con el otro, sus problemáticas y sufrimientos.

Se plantea aquí la importancia de los llamados oficios del lazo (Frigerio, 2017): educar y cuidar que tienen aspectos en común, como un escenario de tramas complejas en el cual se expresan las relaciones intersubjetivas. Entonces, las acciones de cuidado están implícitas en las tareas cotidianas que se desarrollan en las interacciones sociales. Así, la disposición al cuidado no es el resultado de una afectividad voluntaria y espontánea, sino que responde a una red (Korinfeld, 2020).

Se concluye en esta primera fase de investigación que las violencias y los sufrimientos psíquicos son fundamentales para contribuir a la Salud Mental de las personas que habitan la institución y con el desarrollo de todas sus prácticas. De esta forma, se colabora con el desarrollo de las trayectorias educativas y laborales realizando andamiajes, redes de apoyo y estrategias singulares en función de cada situación. Finalmente, estas acciones institucionales de sostenimiento de los proyectos educativos y laborales colaboran con el derecho a la educación.

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