TEMAS INVITADOS

La mediación tecnológica en la Orientación Educativa

Mtro. José Saúl Molina Oceguera 1

Resumen


En las líneas de este trabajo se aborda la Mediación Tecnológica (MT) como una competencia para crear oportunidades de interacción y comunicación en diferentes escenarios en los que se gestiona la Orientación Educativa (OE), al considerarla como un componente que asiste a la generación pertinente en la toma de decisiones en esta actividad profesional. Se señalan textualmente algunas acciones emprendidas en las instituciones entorno a este requerimiento universal del que no escapa la OE. Los escenarios que se exponen permiten visualizar el dinamismo de la mediación tecnológica como una realidad impostergable en un ecosistema comunicativo imperante que da sentido a procesos de adaptación vivencial, laboral y educativo, entre otros.


Palabras clave: Mediación Tecnológica, Orientación Educativa, Práctica del Orientador

Keywords: Technology-mediated, Educational Guidance, Counselor Practice.



Introducción


Hablar de la MT es trascendental, sin importar el punto geográfico donde el ciudadano se ubique y sin pasar por alto que todavía en ciertas latitudes no se ha dado la asimetría económica, social y tecnológica; parte de estos cambios son derivados de la Revolución 4.0 en la que distintas naciones y organizaciones ofrecen sugerencias y acciones como las Leyes de Acceso a la Información ONU, (2021) “buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de comunicación e independientemente de las fronteras”. La Comisión Europea, UE (2021) redirecciona sus acciones en la era digital donde “aspira a capacitar a las empresas y las personas para un futuro digital sostenible, más próspero y centrado en el ser humano”. El Programa Información para Todos de la UNESCO (2017) busca “ofrecer la era de la información y crear sociedades equitativas con la mejora del acceso a la información”. La Unión Internacional de Telecomunicaciones UTI, (2022) a la que México pertenece, busca “conectar a toda la población mundial donde quiera que viva y cualesquiera que sean sus medios, para proteger y apoyar el derecho de toda persona a comunicarse”. Por otro lado, la CEPAL (2020) propone la Agenda Digital para América Latina y el Caribe 2022 para “enfrentar los desafíos en el corto, mediano y largo plazo vinculados a la inclusión digital”. Lo expuesto anteriormente son instancias decisorias por ser alcanzadas local, nacional, transnacional y globalmente.


En México se da curso al proceso de planeación de la Estrategia Digital Nacional cuya misión es:

Promover e impulsar que las y los mexicanos gocen y se beneficien del acceso a las TIC; así como de los servicios de banda ancha e internet y su potencial transformador para el desarrollo social, cultural y económico (Gobierno de México, 2021, pág. 4).


Como respuesta a esta necesidad en México la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) impulsa la innovación educativa con varias líneas de acción como:


La promoción de trabajos para que la mayoría de los programas educativos de las Instituciones de Educación Superior (IES) se apoyen en las TIC y desarrollen en el alumnado competencias digitales significativas para el mundo laboral (ANUIES, 2018, pág. 124).


Resaltar las TIC en las instituciones educativas para la MT se vuelve una alternativa para sus tareas, ya sea en la dinámica del proceso enseñanza−aprendizaje, o bien en el aprendizaje social experiencial–activo, que son claves en la formación de las competencias para las condiciones que se viven y en donde la Orientación Educativa juega un papel protagónico, los cuales serán abordados en los siguientes escenarios vinculados entre sí: Práctica institucional, otorgamiento de servicios y alfabetización digital del orientador@ educativo.



Mediación Tecnológica (MT) del orientador@ educativo


Asumir la MT es de gran calada para el acto orientador, ya que con ella se gestiona información para procesarse, almacenarse, enviarse, recuperarse y de nueva cuenta ser procesada en distintos sistemas, sitios o plataformas, es una premisa clave para la retroalimentación (feedback), ya que encara la dificultad de acceder al control de pensamientos, motivaciones y comportamientos con la intención de mejorar la toma de decisiones (Nicol & Macfarlane‐Dick, 2006). El acto orientador como ruta de trabajo disruptivo con elementos de ubicuidad e hibridación tecnológica permite recolectar más y mejores experiencias, cuyo punto clave sea el impacto en la experiencia del orientador@ que lo estimulen y lo animen a seguir el proceso de decisiones autodeterminadas y responsables en un entorno multicanal de MT ejercido por él. Por lo que la ruta de trabajo de la Orientación Educativa requiere constante creatividad, innovación, emprendimiento y empoderamiento, con la adopción continua de buenas prácticas y no soluciones pasajeras o prácticas casuales, ya que el profesional de la orientación debe estar comprometido con los retos presentes y futuros en lo educativo, familiar, personal, profesional y social.



Práctica institucional


La estructura institucional actúa de forma constructiva instaurando programas y sistemas de tecnología informática para dar un vuelco a sus áreas operativas al sustituir materiales y programas anacrónicos por otros que sean amigables e intuitivos para la navegación en las pantallas del usuario y el manejo esté a la altura de las habilidades elementales tecnológicas, que no sean excesivas o vulnerables para la usabilidad de las herramientas tecnológicas. Este actuar en los centros y unidades de las instituciones educativas es un campo fértil de la MT del orientador@ ya que, a través de un sistema, plataforma o en un sitio web puede, entre otras posibilidades, ofrecer a las personas orientadoras y, en algunos casos al público en general información, diagnósticos, procesos de asesoramiento y elementos para la toma de decisiones.


Cabe ahora preguntarse en qué sistemas, programas o artilugios tecnológicos puede mediar el orientador@ en su entorno institucional, sin pasar por alto la preparación, familiaridad y cotidianidad en el uso de las herramientas tecnológicas respaldadas por el nivel de su competencia digital, la cual se entenderá como:

El uso seguro, crítico y responsable de las tecnologías digitales para el aprendizaje, en el trabajo y para la participación en la sociedad, así como la interacción con estas. Incluye la alfabetización en información y datos, la comunicación y la colaboración, la alfabetización mediática, la creación de contenidos digitales (incluida la programación), la seguridad (incluido el bienestar digital y las competencias relacionadas con la ciberseguridad), asuntos relacionados con la propiedad intelectual, la resolución de problemas y el pensamiento crítico. (Consejo de la Unión Europea, 2018).

  • El uso de macrodatos, como recurso tecnológico que las instituciones educativas pueden utilizar cuando poseen una gran cantidad de datos, guía la solución y toma de decisiones en necesidades que son delimitadas por el volumen, la variabilidad y la velocidad de los datos. Para la Orientación Educativa representa poder identificar las áreas de oportunidad donde las personas orientadas lidian o progresan y a la vez desplegar rutas estratégicas para la mediación individual o grupal en problemáticas como: la deserción escolar, los factores de rendimiento escolar y la elección de carrera como una profesión entre otros, al hacer uso de macrodatos, que es un recurso clave para el orientador@ cuando asume la MT. Los Sistemas Digitales de Información Profesional –por sus siglas en inglés– (CIS) están disponibles en computadora o en línea, se integran con bases de datos que se utilizan como fuentes de información acorde a las necesidades y diversidad de los usuarios, acreditan el acceso y la calidad en la entrega de información, posibilitan la administración de distintas tareas en una misma institución a través de una red local, por lo que es factible el registro de la información sobre los dominios de conocimiento de la Orientación Educativa, como por ejemplo, la elección de carrera.

  • Los sistemas de Información sobre el Mercado Laboral (LMI) son recursos de información referencial sobre las nuevas habilidades que son requeridas en una profesión, advierten los retos que son exigidos por los cambios en las profesiones y pueden servir de guía cuando se pretende iniciar un proyecto de emprendimiento. Al orientador@ le permiten articular la MT para desarrollar y potencializar el perfil académico–laboral en la persona orientada cuando inicia su proceso de elección de carrera en el caso de los estudios profesionales.

  • Los sistemas interactivos basados en la web, estos presentan información y servicios que podemos delinear como el proceso recíproco de transferencia de información entre una persona y un dispositivo fijo o móvil, incluyen tanto las acciones implicadas en este proceso como sus resultados.

El conjunto de procesos, diálogos y acciones mediante los cuales un usuario utiliza el ordenador e interactúa con él se le denomina interacción humano-máquina y se realiza por medio de una interfaz (mediador) que es el conjunto de los productos informáticos (Fundéu, 2012).


Estos sistemas están disponibles y accesibles en cualquier momento del día, pueden ser gratuitos o con una cuota de recuperación, las tareas realizadas en ellos son evidencia de habilidades, calificaciones, experiencias y aspiraciones alojadas en carpetas o e-portafolios, para el orientador@ representan una herramienta complementaria en la MT que en ocasiones requiere de un manual que guíe su actuar con el sistema.


  • Los sistemas de Orientación Profesional Asistidos por Computadora (CACGS), lo esencial de estos sistemas es la autoaplicación y autoevaluación a través de la navegación por las pantallas del usuario, comúnmente tiene una zona de registro que antecede a otras como: las de asesoramiento y orientación en el proceso de toma de decisiones, información profesional, bases de datos de carácter educativo, encuestas, preguntas frecuentes, video capsulas y podcast, entre otras. Con los CACGS las personas orientadas son participes de un proceso activo de creación y reconstrucción de significado al navegar a través de las tareas y los retos que estos sistemas contienen, en donde la MT del orientador@ se hace presente en la formulación de contenidos y la retroalimentación, sistemas que son recomendables por su fácil manejo y la obtención de resultados óptimos.


Como colofón, las instituciones de educación que transiten a este tipo de sistemas deben tener presente para la obtención de logros el convencimiento de impulsar e implementar políticas y procedimientos para facilitar tanto la mediación como la integración de las TIC al reducir aspectos que las dificultan y a la vez fomentar su importancia, ser garantes de la práctica profesional derivada de la prestación de servicios con la MT y por último implementar aplicaciones de las TIC adecuadas para los propósitos que se busca cubrir en la población a orientar (Bimrose et al., 2015).



Otorgamiento de servicios


La MT tecnológica se acoge y cuenta con un conjunto de aliados que contemplan diferentes recursos y herramientas tecnológicas que se pueden clasificar como la web 2.0 y 3.0, lo que da pie a nuevos espacios de comunicación basados en principios dinámicos virtuales en los recintos de las instituciones que facilitan los servicios de la Orientación Educativa encaminados al estudiantado, al cuerpo docente, pero también dirigidas a los padres y madres de familia.


Estos aliados nos remiten a las herramientas de la web 2.0: de comunicación, de creación y publicación de contenidos y de gestión de información, aunadas a las de la web 3.0 que facilitan las búsquedas de información en internet y coadyuvan al desarrollo de sistemas como los mencionados en la práctica institucional. Para la usabilidad de este tipo de herramientas el orientador@ tiene que saber acerca de las fortalezas y dificultades que enfrenta al emplearlas, conocer y utilizar un número considerable de estas, arguyendo que su MT es robusta; esto alimenta la idea que el profesional de la Orientación Educativa debe ser un devorador de software o aplicaciones para ser instaladas en los dispositivos tanto fijos como móviles que propician una espiral de consumismo que lleva a resultados apartados de lo que se busca a través de la MT en el ofrecimiento de servicios de Orientación Educativa. Para diluir esta situación se puede echar mano de elementos que modifiquen dicho actuar y que a continuación se exponen.



Elementos y ruta artilugio


El mindware es uno de estos elementos de la MT que evidencia la carencia del conjunto de habilidades y competencias necesarias para operar el hardware y el software, por lo que quedan al descubierto las inconsistencias del conocimiento tecnológico del profesional de la Orientación Educativa, ya que este componente:

implica la existencia de competencias complejas respaldadas en el desarrollo “cultura tecnológica” concebido como la capacidad de captar y aprovechar las oportunidades para transformar la realidad (López Chaviano & Alfonso Serafín, 2006).


Lo que lo vuelve trascendente es cuando la planeación que se gesta en el ofrecimiento de un servicio de Orientación Educativa está dentro de un diseño, con objetivos determinados y bajo el soporte tecnológico.


Rol Prosumidor es otro elemento de anclaje de la MT, vocablo que designa a una persona que muta constantemente de consumidor a productor de información y viceversa, cabe señalar que ser prosumidor es una figura subsecuente del surgimiento de la web 2.0 (Giurgiu & Barsan, 2008). Para la Orientación Educativa representa una acción bisagra que sustenta y estructura los contenidos producidos para la MT al ofrecer una manera alterna del cómo se brinda y comparte información analógica o verbal, este proceder alterno de interacción digital simultánea o asincrónica asegura la circulación de información de ida y vuelta en un intervalo de espacio y tiempo corto donde confluyen necesidades y respuestas en distintos formatos como: en lo escrito, en lo auditivo, en lo visual, en lo grafico-plástico y en multimedios a través de dispositivos fijos o móviles.


Competencia de autorregulación es el elemento final que da sostén a la ruta de acciones del orientador@ y su MT que parte de objetivos y se planifica como una estrategia para su ejecución. Hablar de esta competencia tiene un por qué y un para qué; cuando se habla del porqué se refiere a la aplicación de comportamientos intencionados para autorregular apropiadamente el trabajo, mientras que cuando se habla del para qué se hace evidente la planeación, la toma responsable de su quehacer y su adaptación decisiva en cualquier entorno, incluso en el actual ecosistema comunicativo.

Pareciera una tautología el término planeación autorregulada, riesgo que vale la pena asumir ya que detona habilidades requeridas para que el orientador@ utilice la MT en las áreas de la Orientación Educativa, donde se esgrimen comportamientos intencionados a partir de su experiencia al operar software específicos y entornos virtuales para implementar, desarrollar y administrar recursos, tales como: chat, chat box, videoconferencias, plataforma de streaming, grupos de noticias (foros, blogs, redes verticales y tablones de opinión), pruebas y cuestionarios, software para procesar información de la persona orientada, distinguir material válido, fiable y de buena calidad (Botnariuc & Fÿt, 2011).


Finalmente hay mucho que hacer con la MT al ofrecer un servicio, no debemos perder el paso de cómo utilizar el abanico de herramientas de comunicación, de creación y distribución de contenido, de gestión de información, más las de la web 3.0 que se están consolidando.



Alfabetización digital del orientador@ educativo


La alfabetización digital se puede considerar como:

La habilidad de reconocer la necesidad de información y la capacidad de identificar, localizar, evaluar, organizar, comunicar y utilizarla de forma efectiva, tanto para la resolución de problemas como para el aprendizaje a lo largo de la vida (AASL, 2000).


Para el orientador@ implica adquirir habilidades potenciales para moverse con sagacidad en la MT que permitan la apropiación y la gestión del conocimiento para llevarlo a la práctica institucional y al otorgamiento de servicios e impulsen la creatividad para entablar diálogos con la información en distintos formatos al usar una computadora o dispositivo (Bawden, 2008). Por tanto, estar alfabetizado digitalmente conlleva formarse en las cinco áreas que componen la competencia digital: Información y alfabetización informacional, Comunicación y colaboración, Creación de contenidos digitales, Seguridad y resolución de problemas (INTEF, 2017), pues sin ellas sería difícil la MT. A la par instituciones impulsadoras de un cambio inicial o continuo en la práctica de la Orientación Educativa modificarán los procedimientos en sus servicios, la actividad de formación y actualización del orientador@ para que juntos concreten la transformación, sin olvidar que hay instituciones con un cúmulo de experiencias que pueden sumar a dicha renovación al consultar o conocer sus mejores prácticas.



Conclusiones


La MT ejercida por el orientador@ requiere ser tratada como un tema persistente y familiar de la nueva normalidad que propició el tsunami digital ocasionado por la reciente pandemia, el cual dinamizó la formulación de itinerarios en la Orientación Educativa, siendo uno de estos la restructura de los modelos tradicionales de intervención en las áreas de esta actividad profesional.


Exponer a la MT en la Orientación Educativa en tres escenarios: Práctica institucional, otorgamiento de servicios y alfabetización digital permite arribar a lo siguiente: es un procedimiento para desmantelar las barreras espacio-temporales en la comunicación para el otorgamiento de los servicios de orientación y con ello incidir en la cobertura, actuación y acceso en la población, con lo que se beneficia y se llega poco a poco a grupos que, sin las TIC, no podrían favorecerse de los servicios de acompañamiento y asesoramiento.


Por otro lado, da pie a que la retroalimentación sea necesaria y acorde al contexto de mediación, y por lo tanto se allane el camino para la adquisición y el empoderamiento de saberes que soporten la toma de decisiones de las personas orientadas al experimentar nuevos avatares de vida que dejarán huella, como también para el profesional dedicado a la Orientación Educativa y a las instituciones de educación en sus estructuras que se dedican a brindar estos servicios. Por último, hay que considerar lo que está ocurriendo y que ha generado un gran número de retos a muy corto plazo, pues no solo debe preocuparnos, sino también ocuparnos para allanar caminos en la formación de las siguientes generaciones de profesionales de la Orientación Educativa que demandarán los entornos y contextos venideros.